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Desertificación: definición, causas, consecuencias y retos

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Como consecuencia de las prácticas agrícolas inadecuadas y del calentamiento global, cada vez más tierras pierden su potencial biológico, productivo y económico y se degradan, lo que se conoce como fenómeno de desertificación. A continuación, explicamos qué es la desertificación, cuáles son sus causas y sus consecuencias y cómo actuar contra este fenómeno.

¿Qué es la desertificación?

Según la definición del artículo 1 de la Convención de Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CLD), la desertificación es un fenómeno natural que se refiere a la degradación de las tierras de zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas resultante de diversos factores, tales como las variaciones climáticas y las actividades humanas. Debido a las variaciones climáticas y a las actividades humanas se puede provocar el deterioro de la vegetación, la erosión del suelo y la migración de la población.

Actualmente, las regiones más afectadas por la desertificación son la región del Sahel en África Occidental, China y Australia.

Desertificación: causas y consecuencias

Aunque las causas de la desertificación son numerosas, casi todas son imputables al hombre y a las prácticas agrícolas inadecuadas:

  • La deforestación;
  • La sobreexplotación de la tierra y el sobrepastoreo del ganado (explotación excesiva de los recursos vegetales en una superficie);
  • La ausencia de barbecho en el ciclo de cultivo, que impide que las zonas agrícolas se repongan;
  • El agotamiento de la capa freática;
  • La minería.

Las causas naturales de la desertificación son todos los fenómenos climáticos extremos relacionados con el cambio climático (sequías recurrentes, escasez de lluvias, erosión del suelo, etc.). Acentuado por el calentamiento global, que es la consecuencia de las emisiones de gases de efecto invernadero vinculadas a la actividad humana, el ser humano es responsable indirecto de ello.

Estas causas tienen un impacto desastroso en el medio ambiente, en la sociedad y en la economía. De hecho, la desertificación amenaza la biodiversidad y pone en peligro a las poblaciones, ya que más de dos mil millones de personas dependen de los ecosistemas de las tierras secas. Degrada sus condiciones de vida: la tierra se vuelve inservible y aparecen las enfermedades y el hambre. Según las Naciones Unidas, 50 millones de personas podrían verse desplazadas en los próximos 10 años debido a la desertificación.

Las consecuencias de la desertificación
Consecuencias medioambientales Consecuencias socioeconómicas
  • Agotamiento de los suelos;
  • Degradación de los ecosistemas y de la biodiversidad;
  • Disminución de la capacidad de almacenamiento de carbono en los suelos y aumento del calentamiento global;
  • Escasez y carencia de agua.
  • Aumento de la pobreza;
  • Degradación de las condiciones de vida;
  • Inseguridad alimentaria;
  • Desigualdad de acceso a los recursos naturales;
  • Migración de la población;
  • Retos geopolíticos.

La pandemia actual vinculada a Covid-19 es un recordatorio de que la degradación de la tierra favorece la aparición de enfermedades infecciosas de origen animal, con consecuencias socioeconómicas desastrosas a escala mundial.

La desertificación y la sequía en España

La sequía se define como una ausencia o insuficiencia de agua durante un periodo de tiempo lo suficientemente largo o corto como para afectar al suelo, la fauna y la flora. Este fenómeno puede ser cíclico o puntual y, aunque algunas regiones son más vulnerables que otras, puede afectar a casi cualquier zona.

incendio forestal

En contra de lo que se cree, no sólo se produce la desertificación en los países del Sur. De hecho, es probable que Europa se vea afectada muy rápidamente por este fenómeno, de forma muy intensa.

A nivel de Europa, España es uno de los países con más riesgo de sufrir desertificación. Más de dos tercios de su territorio pertenecen a las categorías de áreas áridas, semiáridas y subhúmedas secas y son susceptibles de sufrir desertificación, según la CLD.

Particularidades propias asociadas a los procesos de desertificación en España son:

  • Clima semiárido en grandes zonas, sequías estacionales, variabilidad extrema de las lluvias y lluvias súbitas de gran intensidad;
  • Suelos pobres con tendencia marcada a la erosión;
  • Relieve desigual con laderas escarpadas y paisajes muy diversificados;
  • Pérdidas de la cubierta forestal a causa de repetidos incendios forestales;
  • Crisis en la agricultura tradicional con el consiguiente abandono de tierras, el deterioro del suelo y de las estructuras de conservación del agua;
  • Explotación insostenible de los recursos hídricos subterráneos, contaminación química y salinización de acuíferos;
  • Concentración de la actividad económica en las zonas costeras como resultado del crecimiento urbano, las actividades industriales, el turismo y la agricultura de regadío, lo cual ejerce una intensa presión sobre los recursos naturales del litoral.

Ministerio de agricultura, pesca y alimentación

La ratificación por parte de España de la Convención de Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CLD), como país parte afectado, conlleva la preparación de un Programa de Acción Nacional como elemento central para luchar contra la desertificación.

Actuar contra la desertificación

En su informe de 2019 sobre el cambio climático, la desertificación, la degradación de las tierras, la gestión sostenible de las tierras, la seguridad alimentaria y los flujos de gases de efecto invernadero en los ecosistemas terrestres, el IPCC recordó el papel esencial de la tierra en el sistema climático. Por ello, la desertificación es uno de los mayores retos para el desarrollo sostenible.

Gestionar sosteniblemente los bosques, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras, detener la pérdida de biodiversidad. - Objetivo 15: Vida de ecosistemas terrestres

El objetivo es luchar contra la desertificación, restaurar las tierras y los suelos degradados, incluidas las tierras afectadas por la desertificación, la sequía y las inundaciones, y tratar de llegar a un mundo sin degradación de la tierra para 2030.

Cada 17 de junio las Naciones Unidas celebran el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía con el fin de concienciar sobre las iniciativas que se llevan a cabo para combatir estos fenómenos.

Algunas acciones podrían contribuir a reducir la desertificación, como:

  • La lucha contra la deforestación, el sobrepastoreo y la sobreexplotación;
  • El desarrollo de las energías renovables (solar, eólica y biogás) para sustituir el combustible de madera;
  • La protección de la biodiversidad;
  • Una mejor gestión del agua;
  • La participación y la educación de las poblaciones locales;
  • La reforestación y la regeneración de árboles a través de organizaciones como Reforesta o Bosquia.

El proyecto Gandhi de Selectra

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Desde 2019, Selectra ofrece a los particulares la oportunidad de invertir en energías renovables y así luchar contra el calentamiento global, compensando sus emisiones de carbono mediante la financiación de un parque eólico en la India: el proyecto Gandhi.

De hecho, la mayor parte de la energía de la India procede de la combustión de carbón, que es muy contaminante. Por tanto, financiar el proyecto Gandhi significa no sólo participar en la transición energética de la India, sino también educar y concienciar sobre el cambio climático mediante la creación de escuelas y el pago de becas.

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