Permacultura: ¿cómo hacer una huerta ecológica?
El ecosistema del planeta ve alterado su equilibrio cada día, deplorando la extinción de las especies vegetales incluso más rápidamente que la de las especies animales. La permacultura nos ayuda a repensar nuestros espacios vitales como ecosistemas armoniosos y ricos en biodiversidad, al tiempo que responde a nuestro deseo de estética o autonomía alimentaria. Pero, ¿qué es la permacultura y cómo hacer una huerta ecológica?
¿Qué es la permacultura?
La permacultura, contracción de "(agri)cultura permanente", es una forma de diseñar un espacio vital natural. Al considerar este lugar como un conjunto, lo desarrollamos desde un punto de vista armónico, estético, ecológico o autónomo. Se cultiva como un ecosistema que reúne diferentes formas de vida (animal, vegetal, humana...).
El término “permacultura” apareció a finales de los años 70, cuando Bill Mollison y David Holmgren constataron el agotamiento de los recursos naturales con nuestro modelo agrícola intensivo, monocultural y deslocalizado, inadecuado para la sostenibilidad de nuestra biodiversidad. Así, describen la permacultura como una respuesta “positivista” a la crisis ambiental (abundancia de tóxicos, desertificación del suelo…).
"Permacultura (Agricultura Permanente) es el diseño consciente y mantenimiento de ecosistemas agrícolas productivos, los cuales tienen la diversidad, estabilidad y resistencia de los ecosistemas naturales. Es la integración armónica del paisaje y la gente produciendo comida, energía, cobijo y otras necesidades y no materiales de una manera sostenible."
Permaculture A Designers' Manual, Bill Mollison (1988)
La permacultura engloba conceptos como la agricultura, la bioconstrucción, la economía, las energías renovables o el tratamiento natural de las aguas. Así, al satisfacer las necesidades del hombre sin explotar recursos naturales ni contaminar, la permacultura contribuye a los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Permacultura: principios éticos y de diseño
La permacultura también se inspira en varios principios filosóficos: integrar en lugar de separar, imitar a la madre naturaleza en lugar de competir... La permacultura no es, por tanto, otro enfoque de la jardinería, sino un enfoque ético.
Así, la permacultura se basa en tres principios éticos y doce de diseño.
- Los tres principios éticos transversales de la permacultura:
- Cuidar la tierra;
- Cuidar las personas;
- Cuidar el futuro, o sea compartir los recursos con equidad.
Y los 12 principios de diseño:
- Observar e interactuar;
- Captar y almacenar energía;
- Obtener un rendimiento;
- Aplicar autorregulación y aceptar retroalimentación;
- Usar y valorar los servicios y recursos naturales;
- Producir sin desperdicios;
- Diseñar desde los patrones hacia los detalles;
- Integrar más que segregar;
- Usar soluciones lentas y pequeñas;
- Usar y valorar la diversidad;
- Usar los bordes y valorar lo marginal;
- Usar y responder creativamente al cambio.
¿Cómo hacer una huerta ecológica en permacultura?
Para llevar a cabo su permacultura, es importante tener en cuenta tres grandes etapas:
- Observar el suelo: el tipo de suelo (arenoso, limoso, arcilloso, calcáreo, humus) puede impedir el buen crecimiento de ciertas plantas a pesar de todos tus esfuerzos. Por ejemplo, un suelo arenoso retiene poca agua y, por tanto, requiere plantas capaces de resistir la sequía, como las adelfas. La exposición del terreno, así como el clima (oceánico, mediterráneo, continental...) también pueden influir. Piensa en el tamaño y la forma del terreno (número de m2 disponibles, presencia de pendiente o loma...) para optimizar su disposición.
- Definir las expectativas: pregúntate qué quieres y necesitas: ¿plantas medicinales para tu naturopatía? ¿Frutas y verduras todo el año? Pregúntate también por tus recursos y capacidades: ¿cuál es tu presupuesto? ¿Cuánto tiempo piensa dedicar a la semana a la jardinería? ¿Tienes un pulgar verde?
- Diseñar el espacio de forma holística e inteligente: si tienes un buen espacio, piensa en zonificarlo en función de la energía necesaria. Si tu fuente de agua está a 10 minutos a pie de tu huerto, es posible que no vayas a regarlo a menudo. ¿Quiere dar la impresión de una parcela más grande? Evite las esquinas duras y prefiera las curvas a la hora de zonificar su jardín.
Consejos para identificar su tipo de sueloObservando las plantas que crecen de forma natural en tu jardín, puedes hacerte una idea del tipo de suelo que tienes y de las especies que debes elegir para limitar el uso de productos. Los dientes de león prosperan en suelos de humus, las margaritas en suelos arcillosos y ácidos, y las amapolas en suelos calcáreos.
Consejos para organizar su espacioPon cerca de tu casa lo que requiere atención como tu huerto de recolección (fresas, plantas aromáticas, tomates...) y lejos, lo que requiere menos vigilancia como tu huerto de recolección (calabazas, calabacines, patatas...) o tus animales. Piensa en la ubicación de tu compost, a menudo poco estética, más bien maloliente y que atrae a muchos insectos.
Así, cada uno puede realizar su propia permacultura, según sus proyectos, sus necesidades y su terreno. ¡Un poco de creatividad y de adaptabilidad y ya está!
Herramientas y técnicas de la permacultura
La permacultura nos invita a observar e imitar la naturaleza para mezclar lo útil con lo agradable. Varias técnicas de permacultura son fáciles de poner en marcha para cultivar un jardín diferente:
- Provocar la ayuda mutua: la milpa (o "las tres hermanas") es una práctica ancestral mesoamericana que combina tres tipos de cultivos: maíz, frijol y calabaza. El maíz sirve de estaca para el frijol y le protege del sol. El frijol enriquece el suelo con nitrógeno gracias a sus raíces. La calabaza mantiene el suelo húmedo, limita la erosión y evita el crecimiento de las malas hierbas.
- Combinar olores para atraer o repeler: entre las hierbas, el cebollino mantendrá alejado al escarabajo de la patata, que puede devastar su cultivo. En cuanto a las flores, las caléndulas repelen las hormigas y los pulgones.
- Diversificar todo lo posible: aprovecha la existencia de una multitud de variedades diferentes para cada especie para fomentar la diversidad animal y vegetal. Esto ayudará a su jardín a desarrollar su "sistema inmunológico".
- Hacer que el espacio rime con la densidad: las plantas necesitan más o menos espacio para crecer. Por ejemplo, deje unos 70-80 centímetros entre cada una de sus tomateras. Sin embargo, ¡este espacio no tiene por qué estar vacío! Por el contrario, aprovecha la oportunidad para sacar el máximo partido a tu espacio y reforzar el equilibrio natural. Plantar las lechugas junto a los tomates las protegerá del calor. La albahaca mantendrá alejados a los parásitos (mosquitos, moscas, etc.).
- Reutilizar los residuos animales y vegetales: uno de los primeros buenos hábitos a adoptar es la creación de un compost. Si tiras tus peladuras al contenedor, acabarán en la basura doméstica para ser incineradas y contribuirán a la contaminación. ¡Qué desperdicio! Estas cáscaras podrían fertilizar su suelo y eliminar la necesidad de comprar abono. No es necesario ir al centro de eliminación de residuos para llevar los recortes de hierba y las "malas hierbas" (no cargadas de semillas).
¡No existen las "malas hierbas"!Muy a menudo nos referimos a una planta como "mala hierba" cuando crece de forma espontánea, cuando desconocemos su nombre y sus diversas funciones, o cuando simplemente no la encontramos atractiva. Sin embargo, estas malas hierbas pueden albergar y alimentar a insectos reguladores como las mariquitas, servir de abono y mantillo para el suelo o incluso cocinarse (sopa de ortigas o de diente de león). Deshierbar el huerto es esencial, pero deshierbar otras zonas no es necesario.
La permacultura requiere buenas herramientas:
- La horca de doble mango permite levantar la tierra para airearla sin voltearla y, por lo tanto, sin destruir las galerías construidas por las lombrices a través de las diferentes capas del suelo. Estos animales fertilizan tu jardín, así que no destruyas su hábitat subterráneo.
- El gancho le permitirá nivelar sus parcelas a cultivar, pero también extraer fácilmente las piedras grandes.
- La azada le ayudará a hacer surcos para preparar la siembra, a arrancar plantas de hortalizas viejas o a cavar agujeros para plantar.
La permacultura no es una doctrina que deba seguirse con exactitud. De hecho, muchos abogan por el acolchado para mantener el suelo fresco y húmedo para las plantas. Sin embargo, esta cubierta puede atraer a las babosas, que pueden hacer estragos en tus jóvenes plántulas. Para evitar este inconveniente, algunos recomiendan sembrar las plantas en suelo desnudo y acolcharlas cuando se hayan desarrollado bien (por ejemplo, la lechuga) o protegerlas con otras plantas (sembrar las puntas de los rábanos para resguardar las zanahorias). En cualquier caso, evite en lo posible el uso de productos y desconfíe de los llamados "ecológicos", que pueden esconder una práctica de greenwashing.
Curso de permacultura: para ir más allá
Ser asesorado y acompañado puede ayudarte a ser más rápidamente funcional en la permacultura. Existen muchas soluciones para aprender:
- Mirar documentales sobre la permacultura;
- Leer blogs especializados y suscribirse a sus newsletters;
- Seguir cursos de formación profesional in situ (jornadas de iniciación, cursos, ...) o en línea;
- Unirse a asociaciones o redes de permacultores para promover el movimiento, recibir asesoramiento o apoyar financieramente los proyectos.
La permacultura: ¿el camino hacia la autonomía?
A menudo hablamos de las desventajas de la permacultura, pero nos olvidamos de todos sus muchos aspectos beneficiosos. Por supuesto, aparecen ciertos límites, como la producción en la permacultura.
Ventajas | Desventajas |
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Aunque la permacultura es una de las prácticas más respetuosas con el medio ambiente, su modelo económico a gran escala no puede considerarse viable.
El huerto de permacultura abre el camino a la autonomía alimentaria, pero sigue siendo una aventura viable y agradable a escala familiar. A escala agrícola, la rentabilidad de la permacultura es muy (o nada) rentable, por lo que sigue siendo inconcebible.
Tres técnicas de cultivo con diferentes grados de rigor en su enfoque medioambiental
- La permacultura se ocupa del lugar natural como un conjunto, observando las interacciones entre los diferentes tipos de vida. El espacio está concebido como un ecosistema equilibrado que se mantiene de forma natural.
- La agroecología se centra en las áreas de cultivo del lugar natural, inspiradas en la permacultura: gestión y reutilización del agua, compostaje, reforestación, etc.
- La agricultura ecológica es la técnica menos restrictiva en cuanto al número de prácticas. Según la normativa europea, la agricultura ecológica es aquella que no utiliza productos químicos sintéticos, fertilizantes sintéticos ni OMG. Sin embargo, estos criterios no prestan suficiente atención a la fase de comercialización o transporte.
Descubre todas nuestras guías prácticas en torno a la ecología para ayudarte a ahorrar dinero y evitar el despilfarro.